En la cobranza judicial, el concepto más importante que le transmitimos a nuestros clientes, es el de la OPORTUNIDAD. Por cuanto el cobrar tiene mucho que ver con llegar primero, lo que significa que nuestros resultados, como empresa de cobranza, necesariamente radican en las decisiones que toma nuestro cliente, con forme a una política clara e institucionalizada en las áreas de crédito y cobranza.

El valor del servicio está dado por el cliente participe activamente en el seguimiento de las gestiones de nuestra empresa, nos motiva aún más a buscar los mejores estándares de servicio y por ende de resultados.

Nuestra empresa presta especial importancia a la cobranza extra-judicial, por cuanto ello permite establecer claramente la situación del deudor y su intención de pago, manteniendo un contacto permanente con él, con el objeto de obtener el pago de la obligación, o bien lograr una renegociación que permita mejorar las garantías existentes.

El proceso comienza con la recepción de los documentos físicos o los antecedentes que justifican la deuda (listado, disquete, etc.), con ellos se alimenta nuestro sistema computacional, capturando todos los datos de interés, asignándose los casos al ejecutivo de cuentas correspondiente (previamente designado).

Con esta información el sistema lista las respectivas cartas de cobranzas, que incluyen una liquidación actualizada de la deuda, la que son distribuidas a los cobradores de terreno, que son entregadas personalmente al deudor. Junto con lo anterior el sistema cruza la base de datos, a fin de determinar si existen casos anteriores ligados a uno o más de los nuevos deudores ingresados, lo que permite incorporar – cuando procede – el historial pertinente.